¡Ay! ¡No me líes! Por donde iba…
Si, exacto, ahí mismo. Estaba leyendo, ya sabes, este…
Exacto, exacto. Increíble ¿no crees?
Y entonces bueno, yo no creía, dejé de creer cuando… exacto, ahí mismo. Y no creo realmente, es solo que bueno, las inseguridades.
Me acuerdo perfectamente. Y lo conseguiste en cierto modo.
Claro, bueno pues ¿el otro día sabes lo que me pasó?
Giré la esquina ¿no? La de mi calle. Y ahí, ya sabes, vi la luna cuando… ¿la viste?
Ayer creo… Sí, ayer.
Pues era astronómicamente esto… científica. Como sin forma y muy amarilla.
Si, si, pues vaya, fue como si la viera por primera vez. Bueno que me quedé…
Y un poco quieta, ahí mismo, en medio de la calle.
Quiero decir, ahí voy, que dejé de creer ¿no? Que ya entendía cómo funcionaba todo en cierto modo. Y no, de repente, me asombré. La luna. Yo… pues la sonreí.
Si, exacto. Es como que empieza la emoción y aún sin ser real, sientes algo. Me encantan los asombros, ya sabes. Más cuando emiten sonidos.
No te rías… va sí, si es que fue ahí. Y por esto, bueno, ya no sé por dónde iba.
Luego te quejas pero mira, menos mal que estás ahí.
Bueno… que termino, que yo solo te llamaba para decirte que bueno, que dudo, y eso es que creo en algo porque dejé de creer y me encantaba… y ahora dudo, y me encanta dudar.
¿Ves? Me hace sonreír. No me ves, pero sonrío.
Luego, seguro.
Exacto. Ahí.
Tú sí que estas en la luna…
Venga va, va, cuéntame.