Enredados

Apenas recuerdo cuando todo era un misterio, y vuestras vidas desconocidas, pequeñas prolongaciones de mis posibilidades.

No hay un camino correcto, ni héroes, ni salvados. Mirando se pierden en las turbulencias de lo ajeno, haciendo que las perspectivas adelgacen.

Empalagada de aventuras, intimidades y secretos. Erais bonitos imperfectos, protagonistas en blanco de mi mundo de posibles. Seres grises.

Las redes que haciendo honores nos atrapan y enredan. Nos sumergen asfixiando al que es uno en miles de litros de experiencias.

Desearía ser más alta que las evidencias. Tan alta que tuviera que enfocar para veros. Hagámonos oscuros. Iluminarme.

Me molesta molestarme. Que la misma vida os ponga de ejemplo de males por caminar hacia delante. Para caernos, también hacia delante.

Ilusos todos cuyos disfraces de felices ni llaman ni inspiran… Tan solo queman y dilatan. Exponen y reducen a trocitos mis intrigas.

TEORÍAS RELATIVAS

En ocasiones, vivir tu vida a través de la mirada de otras personas es la única salida que podemos darnos para vivir más de una en el mismo instante, para estirar el tiempo que vorazmente nos acecha. Si ya es terrible entender que la nuestra difiere ante nuestros ojos en función del momento en el que nos enfrentamos a ella, imaginar las miles de vidas de otros que a su vez están repletas de momentos irrepetibles nos deja sumergidos en un vórtice hambriento de condiciones.

Mi frente se topa con el cristal de la ventana de un autobús, un tren, un coche… el tiempo se relativiza cuando a mi velocidad atravieso las vidas de otros. Ya sean las fachadas de sus casas, los letreros de sus trabajos, sus encuentros en las calles, caminantes hacia sitios, quietantes de otros lugares.

Para mí los demás son lo que yo soy, dentro de mi complejidad, para ellos. Nadie. Individuos. En frío podría incluso decir que esas personas son el decorado que humaniza mi trayecto. La gente que no realiza esta reflexión probablemente espere de la vida algo más, recurra a algún tipo de divinidad para entender la supremacía de ésta. Un pensamiento que no hace más que infravalorar aquello que en realidad la vida nos propone, apenas perceptible si no nos ayudamos de otras personas para verlo.

Y ya nos detenemos. Todos. Compuestos. En caliente, espectadores de momentos que entran en contacto aleatorio creando infinitos microuniversos complejos. Donde el tiempo no está resuelto a falta de días que avalen la historia que se genera. Intransferible. Incomprensible. Irrepetible. Porque aquí uno más uno solo es un dos relativo en el encuentro.

Paul Thurlby album cover

Paul Thurlby album cover

 

A mí, reclamaciones

La presente es una declaración de intenciones para vosotros, soñadores. Vosotros que rodeados de realidad os sentís en tierra de nadie y que dónde al parecer para encajar, para sobrevivir, hay que andarse con tiento y bajarse de las nubes. Luchadores de deseos, idealistas fatigados, abrumados de sentido, ilusionados e incompletos.

La realidad es una dimensión difícil, dicen los realistas. La realidad no es ni eso, os aquejáis vosotros, tristes incomprendidos que entendéis que es más duro encajar y aceptar, que afrontar unos hechos un poco más aburridos, físicos y por tanto, caducos.

Y con esta petición general quiero exponeros de una manera pragmática aquello que sueña el que sueña, con el objetivo de que la realidad y sus realistas sean un poco más empáticos y dejen pasar algo de luz a las posibilidades que plantean los minutos.

  • Realidad que nunca transiges, aunque quieras, queremos que des pie a la subjetividad y al debate.
  • Realidad que te limitas, queremos que amplíes tus fronteras, te dimensiones y aprendas más de tres idiomas.
  • Realidad que nos acoges, queremos que nos comprendas, que nos reconozcas y te sepas nuestros nombres.
  • Realidad que no te quiebras, queremos que sientas y te humanices, te equivoques, te arrepientas.
  • Realidad que no te detienes, ve frenando y observa como aquí estamos sin relojes esperando que amanezcas.
aaa136231aa1d44be7f0e0177ece9f55

http://thepixeltrade.com/ Proyecto fotográfico de Shantanu Starick

A vosotros, soñadores.

 

 

En el nombre de las cosas

Los sustantivos, esas palabras con las que en ocasiones intentamos comunicarnos, contienen significados infinitos. Su existencia es aquel enfoque que nosotros queramos darle, aquel sentido en el que creamos. E invirtiendo el espejo, las cosas y sus nombres tienen infinitos significados…

Ahora bien, la cuantía de significados no es tan importante como la calidad de los mismos. Porque yo palpo un libro, y puedo palpar el libro. Giro en una calle, y puedo girar en la calle. Ponerme un vestido o que sea el vestido… Que para ti será muy bonito pero no será nunca como para mí, mi vestido. Y es que nosotros mismos somos quienes les damos un valor y un nombre a las cosas. Extrapolándolo a las personas, ese nombre que tiene un rostro como si nadie más se llamase igual en el mundo. Cuando por más personas que haya bajo el mismo título, no existe en ese instante más que una.

Pero en ocasiones ocurre que ese vínculo en lugar de transportarte a pequeños paraísos,  se contamina… Si hacemos una mala asociación de nombre y valor, sientes que pronunciar esas palabras, tocar objetos, oír expresiones o incluso pensar en ellas, duele, cabrea, marea… sensaciones muy negativas para tratarse de una acción que nuestro ser hace voluntariamente, emocionalmente.

Hay quienes opinan que para que ese valor negativo desaparezca debemos olvidarnos únicamente de su nombre – ¿Vestido… cual? – Sin embargo y sin discusiones, nosotros que no podemos reiniciarnos, y por tanto, no somos seres capaces de olvidar… tiramos de costumbre y rutinas para solventar un pequeño y cruel  desajuste,  que provoca con sus sutiles asociaciones pizcas de infelicidad.

 

Flamenco – Jazz Fusión

Nos hemos visto obligados a compartir toda tu vida y casi toda la mía. Sin elegirlo, ni necesitarlo, la mayor parte de nuestros recuerdos se unen en un solo camino y los que no lo hacen, lo parece porque probablemente sepamos más el uno del otro que de nosotros mismos. Mi eterno compañero de piso, amigo o enemistado, tan cercanos y distintos que más nos hubiese valido vivir más lejos el uno del otro para influenciarnos tal vez, un poco más, como está ocurriendo ahora, porque la distancia juega sucio con aquellos que siempre tienen algo que decirse. Cuando se da, sientes la necesidad imperiosa de hacer saber, de saber del otro.

Y el tiempo se nos viene encima arrollador, quebrándote, quebrándome, y como tú también podrías apoyarte en mí, ahora yo me aferro a tus tropiezos para hacer los míos más llevaderos. Sacándole partido a tus recuerdos haciéndolos parte de mí.

Nos complementamos hasta tal punto que a veces creo que una vez fuimos una única persona que prefirieron dividir en dos porque no cabía tanto de todo en un solo cuerpo. Impulsivo, rebelde, valiente, extremo, sensato, frágil. Brillante. Brillante.

Y por encima probablemente de todo, está esa sonrisa que a uno le nace cuando al otro le va terriblemente bien. Esa felicidad al llenarnos de orgullo, abrumarnos con abrazos, sorprendernos con consejos sólidos e inesperados. Porque si con esto aún no fuese suficiente la simple suma de nuestro bienestar es el pilar vital de nuestros eternos caseros.

A mi pequeño gigante en su gran día.

 

Y aquí un delicioso tema de Zaz para acompañar la lectura, como ya lo hizo en la escritura.

Worth It

Cuando los días me dan mucho vértigo siempre acabo encontrando la manera de apoyar un pie descalzo en el suelo frío para sentir, sin más, que son estos pies los que me han traído aquí. A veces muy rápido, otras tantas tan despacio… pero siempre en el sentido de las agujas del reloj. Entonces, cierro los ojos e intento recordar qué me daba tanto miedo de esta vida en la que no hay que tener miedo.

Es curioso ver que si se ordenasen estos temores cronológicamente quedaría una lista basada únicamente en la ignorancia, en anticiparse uno a momentos para los que no está aún preparado. Tener diez años y hablar de la misteriosa pérdida de la virginidad; doce y pensar en exámenes de la universidad donde aprobar los de treinta temas parece sencillo, catorce e imaginarse conduciendo por la autopista… Y con todo ello, de repente, paras en seco y te ves en el primer cuarto de tu vida con todas esas impresiones reducidas a realidades que ahora forman parte de una rutina concreta. Pero ahí sigue ese vértigo por lo venidero, un sentimiento agridulce porque descubrir significa saborear pero nunca redescubrir. Todo aquello que nos hace vibrar viene connotado por el paso atroz del tiempo que siempre tiene prisa, y empuja, y te hace estar en sitios a veces aún sin peinar y con el cinturón desabrochado.

Sin embargo, el tiempo viene cargado de madurez en los días que no transigen, donde no existen mañanas, donde el cuerpo está inmunizado a las alturas. Todo tiene que tener un sentido, una ilusión, un motivo… porque hoy es hoy y nunca será más que hoy. Porque cuando deje de tener miedo a futuros inciertos ya serán presentes y este tiempo de ahora solo será un pasado reducido a historias que tal vez olvide. Y con todo ello, serán mis pasos ahora descalzos, los que hayan dado forma a la inercia de mis responsabilidades. Esas sonrisas que salen solas, con o sin cerveza.

 

Y aquí os dejo esta canción para coger esta semana con una bonita sonrisa si es que aún estas entretenido encontrando la manera ;)

Time Will Do The Talking – Patty Griffin