Hasta el 15 de Septiembre, el museo Thyssen acoge en su exposición temporal cerca de 80 obras de Pisarro. Se encuentran ordenadas cronológicamente y por tanto, geolocalizadas en los exteriores de las ciudades en las que residió. Todas las obras se caracterizan por su ausencia de narración, siendo así puramente contemplativas. Ahora bien, su afán por plasmar la vida del campo y de darle un valor añadido a esa recompensa natural de laborar el terreno adquiere un matiz tierno, aburrido, pero tierno. La exposición queda dividida en las siguientes salas:
- Antes del impresionismo. Época en la que conoció a Monet y a Cezànne.
- Louveciennes – Londres – Louveciennes.
Obra que apunta a un impresionismo más avanzado, rozando la abstracción en algunos detalles.
- Retorno a Pontoise.
- Los Campos de Éragny.
- En las ciudades.
Deliciosa obra que consigue hacernos sentir el asfalto aún mojado por una de las múltiples lluvias que acoge París. Se observa una multitud de transeúntes, de oscuro con sus paraguas. Una vista desde la distancia, nada que ver con la cercanía de sus vistas del campo, haciéndonos ver en este contraste la amabilidad que le inspiraba. ** Puntillismo: Paul Signac influenció a Pisarro como a otros muchos impresionistas en una parte de su periodo. En esta obra, vemos cmomo dentro de la técnica se sigue aferrándo al concepto de trabajo, evolución e industria.
Con problemas de visión y una carrera bajo la sombra de su amigo Monet, fue en Paris al poco de autorretratarse donde Camille Pisaarro falleció con 73 años de edad, dejando para siempre con nosotros todo lo que sus manos hicieron a través de su mirada tranquila.